El sistema DNS (Domain Name System, en español, Sistema de Nombres de Dominio) traduce nombres de dominio en identificadores binarios asociados con los equipos conectados a la red, con el propósito de localizar y direccionar estos equipos mundialmente. En este vídeo creado por Centr (Council of European National Top Level Domain Registries) se nos explica de forma sencilla y divertida cómo funciona el sistema de DNS, mostrando el laberinto que atraviesan los datos en sólo unas milésimas de segundo desde que el usuario aprieta el botón "entrar" hasta que en su navegador se resuelve la dirección ip.
Cuando buscamos una web por internet, ésta se carga gracias a unas direcciones IP que localizan los dispositivos que contienen dicha página. Hoy en día, casi nos cuesta recordar el número de nuestro teléfono móvil, así que recordar esta serie de números separados por puntos no es muy práctico, así que los servidores utilizan nombres de dominios que resultan más sencillos de recordar. Para traducir estos nombres de dominios en direcciones IP, están las DNS. Los servidores DNS guían la información de manera que indican hacia qué servidor se debe encaminar la consulta para poder mostrar la información que se ha pedido, o marcan la ruta de un correo electrónico hacia su destino.
¿Qué tipo de registros DNS existen y para qué sirven? El lugar donde se configuran las entradas DNS para cada dominio son los servidores de nombres. Los diferentes tipos de entradas de registro son: Registro A: Este registro se utiliza para convertir nombres de host en direcciones IP. Registro CNAME: Se utiliza para crear nombres de host adicionales (alias), y para crear diferentes servicios bajo una misma dirección IP. Registro NS: indica los servidores de DNS autorizados para el dominio, es decir, a quién hay que preguntar para saber acerca de los registros de midominio.com. Registro MX: Se utiliza para asociar un nombre de dominio a una lista de servidores de correo para la recepción de emails. Nos interesa si queremos realizar redirecciones de nuestro correo o utilizar nuestro correo electrónico con otro proveedor. Registro SPF: define qué servidores están autorizados para enviar correo electrónico con nuestro dominio. Configurando adecuadamente estos registros podemos exprimir al máximo todas las funcionalidades que poseen las DNS de nuestro dominio. Fuente: www.hostinet.com
Sir Timothy Tim John Berners-Lee, KBE (Londres, Reino Unido, 8 de junio de 1955) es un científico de la computación británico, conocido por ser el padre de la Web. Estableció la primera comunicación entre un cliente y un servidor usando el protocolo HTTP en noviembre de 1989. En octubre de 1994 fundó el Consorcio de la World Wide Web (W3C) con sede en el MIT, para supervisar y estandarizar el desarrollo de las tecnologías sobre las que se fundamenta la Web y que permiten el funcionamiento de Internet.
Ante la necesidad de distribuir e intercambiar información acerca de sus investigaciones de una manera más efectiva, Berners-Lee desarrolló las ideas fundamentales que estructuran la web. Él y su grupo crearon lo que por sus siglas en inglés se denomina Lenguaje HTML (HyperText Markup Language) o lenguaje de etiquetas de hipertexto, el protocolo HTTP (HyperText Transfer Protocol) y el sistema de localización de objetos en la web URL (Uniform Resource Locator). Es posible encontrar muchas de las ideas plasmadas por Berners-Lee en el proyecto Xanadú (que propuso Ted Nelson) y el memex (de Vannevar Bush).
Muy lejos, más allá de las montañas de palabras, alejados de los países de las vocales y las consonantes, viven los textos simulados.
Viven aislados en casas de letras, en la costa de la semántica, un gran océano de lenguas. Un riachuelo llamado Pons fluye por su pueblo y los abastece con las normas necesarias. Hablamos de un país paraisomático en el que a uno le caen pedazos de frases asadas en la boca.
Ni siquiera los todopoderosos signos de puntuación dominan a los textos simulados; una vida, se puede decir, poco ortográfica. Pero un buen día, una pequeña línea de texto simulado, llamada Lorem Ipsum, decidió aventurarse y salir al vasto mundo de la gramática. El gran Oxmox le desanconsejó hacerlo, ya que esas tierras estaban llenas de comas malvadas, signos de interrogación salvajes y puntos y coma traicioneros, pero el texto simulado no se dejó atemorizar. Empacó sus siete versales, enfundó su inicial en el cinturón y se puso en camino.
Cuando ya había escalado las primeras colinas de las montañas cursivas, se dio media vuelta para dirigir su mirada por última vez, hacia su ciudad natal Letralandia, el encabezamiento del pueblo Alfabeto y el subtítulo de su propia calle, la calle del renglón. Una pregunta retórica se le pasó por la mente y le puso melancólico, pero enseguida reemprendió su marcha. De nuevo en camino, se encontró con una copia.
La copia advirtió al pequeño texto simulado de que en el lugar del que ella venía, la habían reescrito miles de veces y que todo lo que había quedado de su original era la palabra "y", así que más le valía al pequeño texto simulado volver a su país, donde estaría mucho más seguro. Pero nada de lo dicho por la copia pudo convencerlo, de manera que al cabo de poco tiempo, unos pérfidos redactores publicitarios lo encontraron y emborracharon con Longe y Parole para llevárselo después a su agencia, donde abusaron de él para sus proyectos, una y otra vez. Y si aún no lo han reescrito, lo siguen utilizando hasta ahora. Muy lejos, más allá de las montañas de palabras, alejados de los países de las vocales y las consonantes, viven los textos simulados. Viven aislados en casas de letras, en la costa de la semántica, un gran océano de lenguas. Un riachuelo llamado Pons fluye por su pueblo y los abastece con las normas necesarias. Hablamos de un país paraisomático en el que a uno le caen pedazos de frases asadas en la boca. Ni siquiera los todopoderosos signos de puntuación dominan a los textos simulados; una vida, se puede decir, poco ortográfica. Pero un buen día, una pequeña línea de texto simulado, llamada Lorem Ipsum, decidió aventurarse y salir al vasto mundo de la gramática. El gran Oxmox le desanconsejó hacerlo, ya que esas tierras estaban llenas de comas malvadas, signos de interrogación salvajes y puntos y coma traicioneros, pero el texto simulado no se dejó atemorizar. Empacó sus siete versales, enfundó su